En su mensaje dominical, el obispo de Tapachula, Jaime Calderón Calderón externó su preocupación ante la ola de violencia que se ha agudizado en varias regiones de Chiapas, por lo que llamó a los files a ser artesanos de paz.
Dijo que para muchas personas las violencias han ido ganando mucho terreno en nuestro territorio chiapaneco, aunque algunas de las autoridades civiles no lo quieran ver así, pese a los índices delictivos que se presentan a diario.
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Señaló que ciertamente no ayuda ni la negación de una realidad que lo evidencia, como tampoco el que la población se quede callada y sufra esta gran pandemia de inseguridad, por lo que para la iglesia parece que una actitud sana de ver la realidad es no buscar culpables sino entender que es un problema de salud pública.
Detalló que la violencia e inseguridad es un problema de todos y, por lo mismo, que si las personas quieren vivir en una sociedad en paz, todos deben colaborar en la construcción y sanación del tejido social.
"Cierto que a nuestras autoridades civiles les compete garantizar las condiciones y no hacer como si no existiera el problema. Como Iglesia Católica nos parece urgente que nos pongamos a trabajar arduamente buscando sinergias que nos ayuden a todos a comprometernos como constructores, como artesanos de la paz", abundó.
Indicó que existe una “arquitectura” de la paz, en la que intervienen las distintas instituciones de la sociedad, y un “artesanado” de la paz que involucra a cada uno de manera personal, es decir que todos pueden y deben colaborar en la construcción de un mundo más pacífico.
Puntualizó que para ello, el Papa Francisco propuso tres caminos para recorrer: el diálogo entre las generaciones, como base para la realización de proyectos compartidos, la educación como factor de libertad, responsabilidad y desarrollo. Y, por último, el trabajo para una plena realización de la dignidad humana.
"Estos tres elementos son esenciales para la elaboración de un pacto social, sin el cual el proyecto de paz carecería de sentido", acotó el obispo.