/ lunes 2 de septiembre de 2024

Periodistas bajo fuego, violencia dificulta su labor en Chiapas

Hay tres periodistas asesinados en Chiapas y uno más que está grave por la agresión que recibió, los mecanismos de protección oficiales no han dado resultado

El periodismo en Chiapas ha experimentado cambios significativos en los últimos años, especialmente por el contexto de violencia que afecta a municipios de la Sierra Madre, región que limita con Guatemala y donde grupos del crimen organizado se disputan el territorio. En el marco del próximo 8 de septiembre al conmemorarse el Día Internacional del Periodismo, voces de reporteros y periodistas citan las diversas situaciones por las que atraviesan al buscar realizar su labor.

El trabajo periodístico en Chiapas se ha vuelto riesgoso, sobre todo para quienes documentan este tipo de hechos, pues la presencia de grupos armados y la falta de control efectivo por parte del Estado y Federación ha hecho que los periodistas enfrenten peligro constante y hasta se autocensuren ante amenazas que algunos han recibido.




Intentar cubrir los eventos relacionados con la violencia en las regiones Frailesca, Sierra y frontera con Guatemala implica peligro real, ya que los reporteros o periodistas pueden ser atacados o intimidados por los grupos que disputan el territorio.

Hoy la situación es más complicada porque los periodistas no pueden acceder a muchas de las zonas donde ocurren los enfrentamientos, ejecuciones, secuestros, reclutamiento y desplazamientos forzados de pobladores.

Las carreteras y caminos hacia estas áreas están bajo vigilancia de grupos armados, y cualquiera que intente documentar lo que sucede puede ser interpretado como una amenaza para sus intereses. Esa imposibilidad de acceso ha dejado a los periodistas, reporteros o fotoperiodistas y población sin información clara y verificable sobre la magnitud del conflicto y sus consecuencias.

El resultado de esta situación es un vacío informativo significativo, ya que la falta de cobertura adecuada de la violencia que se vive en Chiapas no solo impide que la ciudadanía esté plenamente informada, sino que también participe por amenazas de los grupos criminales que los fuerzan a hacerlo.


Periodísta de Mérida, Yucatan encendiendo una veladora en protesta por la violencia que vive el gremio/Foto: Martín Zetina / Cuartoscuro


A pesar de estos desafíos, algunos periodistas y medios informativos han intentado seguir reportando la violencia en Chiapas, aunque de manera limitada, utilizando fuentes indirectas y relatos de testigos, pero estas estrategias no siempre permiten capturar la complejidad de la situación que realmente está pasando en los límites con Guatemala y otras regiones de la entidad.

El uso de redes sociales se ha incrementado como una alternativa para la difusión de información en este contexto. Sin embargo, la dependencia de plataformas digitales también conlleva riesgos, pues la información no siempre se verifica adecuadamente, lo que ha llevado a la propagación de rumores e incluso a noticias falsas (fake news), lo cual complica aún más la tarea de informar con precisión sobre la violencia en la región.


Chiapas mudó de la violencia social a la narcoviolencia en 2021


Chiapas no pasaba de un escenario de violencia por grupos sociales, campesinos, indígenas en resistencia, guerrilleros e invasiones; sin embargo, ahora ha mutado a una narcoviolencia con la aparición de grupos del crimen organizado en 2021, indicó Isaín Mandujano, periodista con más de 29 años de experiencia.

“Cubrir la narcoviolencia implica un mayor riesgo que la violencia social, ya que con los grupos sociales se podía hablar para poder informar y respetaban la labor; ahora es muy complicado el reporteo en esta situación, porque no se respetan códigos, ni perfiles profesionales”, expresó.

Añadió que actualmente a los periodistas les revisan los celulares, lo que no pasaba con la violencia social; además, están vetados a ir a cierto territorio de Chiapas, no porque se los nieguen, sino que el problema es poder salir de estos lugares y correr el riesgo de sufrir una desaparición forzada, como les está pasando a muchos chiapanecos.

Precisó que actualmente más que autocensura de los reporteros en Chiapas, hay mesura ya que hay cosas que se saben, pero no se pueden publicar o decir, porque puede acarrear riesgos. Por ende, la mesura es una cuestión de supervivencia y de cuidar la vida e integridad.

Señaló que como reportero también se corre el riesgo de que cualquier grupo armado quiera manipularlos para ser vocero o replicador de sus mensajes, y eso pone aún más en riesgo a los que se dedican a informar lo que está pasando actualmente en Chiapas.

“Yo tengo colegas en Frontera Comalapa, Motozintla y Chicomuselo que muchos se fueron de esos municipios o se están dedicando a otras cosas, porque ejercer el periodismo en esa zona es muy peligroso y eso podría traer muchos problemas”, abundó.

Externó que el trabajo de periodistas y reporteros es de alto riesgo y con la narcoviolencia que se avecina en Chiapas es mucho más peligroso, puesto que ni el Estado sabe o puede garantizar la seguridad de los que se dedican a informar a la población lo que está pasando.

Acusó que los mecanismos de protección nunca han servido, lo cual preocupa, pues hoy se tiene a tres periodistas asesinados en Chiapas y uno más que está grave en un hospital por la agresión que recibió.

Puntualizó que ahora se debe ser más cauteloso con lo que se publica y contar con mecanismos de protección como periodistas o reporteros, y saber cómo se habla de la narcoviolencia que se vive en Chiapas.


La violencia actual no se vivió durante el levantamiento zapatistas


“A mí me tocó cubrir el levantamiento zapatista, que fueron 12 días de guerra, pero no como la violencia que estamos viviendo actualmente. Fue una guerra declarada de los zapatistas hacia el gobierno, y no se atacaba a la sociedad civil ni mucho menos a la prensa”, cita Gabriela Coutiño, periodista que reporta para medios internacionales y nacionales, con más de 30 años de experiencia.

Detalló que antes, como periodistas o reporteros, podían llegar a las comunidades, quedarse en ellas y hacer el trabajo de informar. Hoy, no se sabe realmente qué está pasando, porque no hay reglas, ni códigos y mucho menos un respeto a la vida, lo que provoca que sea muy difícil realizar el trabajo.

“Ha cambiado totalmente la manera de hacer el trabajo por la violencia que se vive en Chiapas. Todo se hace por teléfono o por internet, pues llegar a los puntos de la Sierra de Chiapas o a la frontera no es posible, y últimamente solo salí a La Concordia porque llegaría el presidente de México y sabía que habría mucha presencia militar”, expresó.

Añadió que se tiene que seguir trabajando e informando, pero desde las víctimas de manera anónima para cuidar su integridad, porque el conflicto entre los dos grupos presentes y en disputa en Chiapas está dejando muchos desplazados, desaparecidos y familias con mucho dolor.

“El periodismo le tiene que seguir dando voz a los que no la tienen y son las familias que están sufriendo por la violencia extrema que se vive en Chiapas. No debemos estar hablando de que es tal cartel o el otro, pues eso lo saben las autoridades y señalar nos puede costar la vida”, abundó.

Externó que las autoridades están totalmente rebasadas y son indolentes a lo que está pasando, cuando está en sus manos y es su responsabilidad constitucional detener la violencia en Chiapas, pero no lo están haciendo.

Puntualizó que lo que se está viviendo en Chiapas es una barbarie, porque los grupos del crimen organizado atacan a cualquiera y es una situación totalmente grave y es responsabilidad del gobierno detener esta violencia.


Difícil acceder a información como periodista o reportero en Chiapas


Debido a la violencia que se vive en Chiapas, lo más complicado para los periodistas o reporteros es poder acceder a la información, pues muchas de las fuentes, los ciudadanos e incluso las autoridades no quieren ser expuestos, lo que complica la labor de informar, verificar y documentar lo que está pasando, indicó Édgar Hernández, periodista desde 2006.

Explicó que en las redes sociales se ven fotos, videos y testimonios, pero lo complicado es verificar la información; por ende, se tiene que hacer un trabajo más exhaustivo, contrastar los datos y preguntar a varias fuentes para no mal informar a la población.

“Hoy, lo que quieren los medios es una información más inmediata de los hechos, lo cual no se puede hacer tan rápido, pues hay zonas de Chiapas que no tienen cobertura; por tal razón, la información tarda en fluir, contrario a lo que piden y quieren los medios de comunicación”, expresó.

Añadió que actualmente hay mucha mesura y autocensura que como periodistas no se pueden hacer señalamientos de algún tipo, y mucho menos en contra de las personas o grupos, lo cual hace más difícil realizar el trabajo.

Indicó que como periodistas y con la exigencia de los medios, se necesita de las fuentes de información, pero ya no quieren hablar, ni siquiera de manera anónima. Incluso se tiene que realizar una labor titánica para obtener información en la actualidad en Chiapas.

“En lo personal, yo he recibido llamadas de amenazas, me han robado en dos ocasiones en mis oficinas; sin embargo, acá seguimos porque es parte de nuestra labor, y por ende se toman medidas de seguridad de manera personal”, abundó.

Destacó que actualmente es más peligroso realizar periodismo, porque antes se respetaba la labor y ahora cualquiera te hace señalamientos de corrupto, vendido o sensacionalista, lo cual se puede constatar en las redes sociales a la hora que se publica alguna información incómoda para alguien.

Finalmente puntualizó, que la autoridad siempre va a querer minimizar todo, ya sea la violencia, los problemas sociales e incluso la violencia en contra de los periodistas y reporteros, cuya única función es informar a la población, lo cual se ha vuelto casi imposible.

Diario del Sur trató de entrevistar a más periodistas de Chiapas para hablar sobre el tema, pero éstos evitaron dar su opinión por seguridad y protección personal ante el temor del contexto de violencia que se vive actualmente en la entidad, coincidiendo en que cada vez es más es peligroso realizar la labor de informar en ciertas regiones del estado.


Periodistas oaxaqueños se manifestaron en la capital del Estado, para exigir justicia por uno de sus compañeros asesinado/Foto: Carolina Jiménez Mariscal / Cuartoscuro


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LAS CLAVES: MESURA Y AUTOCENSURA


1. Como periodistas no se pueden hacer señalamientos específicos hacia algún cártel, en contra de personas o grupos, lo cual hace más difícil realizar el trabajo.

2. Todo se hace por teléfono o por internet, pues llegar a los puntos de la Sierra de Chiapas o a la frontera es casi imposible.

3. La autoridad siempre va a buscar minimizar todo, ya sea la violencia, los problemas sociales e incluso la violencia en contra de los periodistas y reporteros.

El periodismo en Chiapas ha experimentado cambios significativos en los últimos años, especialmente por el contexto de violencia que afecta a municipios de la Sierra Madre, región que limita con Guatemala y donde grupos del crimen organizado se disputan el territorio. En el marco del próximo 8 de septiembre al conmemorarse el Día Internacional del Periodismo, voces de reporteros y periodistas citan las diversas situaciones por las que atraviesan al buscar realizar su labor.

El trabajo periodístico en Chiapas se ha vuelto riesgoso, sobre todo para quienes documentan este tipo de hechos, pues la presencia de grupos armados y la falta de control efectivo por parte del Estado y Federación ha hecho que los periodistas enfrenten peligro constante y hasta se autocensuren ante amenazas que algunos han recibido.




Intentar cubrir los eventos relacionados con la violencia en las regiones Frailesca, Sierra y frontera con Guatemala implica peligro real, ya que los reporteros o periodistas pueden ser atacados o intimidados por los grupos que disputan el territorio.

Hoy la situación es más complicada porque los periodistas no pueden acceder a muchas de las zonas donde ocurren los enfrentamientos, ejecuciones, secuestros, reclutamiento y desplazamientos forzados de pobladores.

Las carreteras y caminos hacia estas áreas están bajo vigilancia de grupos armados, y cualquiera que intente documentar lo que sucede puede ser interpretado como una amenaza para sus intereses. Esa imposibilidad de acceso ha dejado a los periodistas, reporteros o fotoperiodistas y población sin información clara y verificable sobre la magnitud del conflicto y sus consecuencias.

El resultado de esta situación es un vacío informativo significativo, ya que la falta de cobertura adecuada de la violencia que se vive en Chiapas no solo impide que la ciudadanía esté plenamente informada, sino que también participe por amenazas de los grupos criminales que los fuerzan a hacerlo.


Periodísta de Mérida, Yucatan encendiendo una veladora en protesta por la violencia que vive el gremio/Foto: Martín Zetina / Cuartoscuro


A pesar de estos desafíos, algunos periodistas y medios informativos han intentado seguir reportando la violencia en Chiapas, aunque de manera limitada, utilizando fuentes indirectas y relatos de testigos, pero estas estrategias no siempre permiten capturar la complejidad de la situación que realmente está pasando en los límites con Guatemala y otras regiones de la entidad.

El uso de redes sociales se ha incrementado como una alternativa para la difusión de información en este contexto. Sin embargo, la dependencia de plataformas digitales también conlleva riesgos, pues la información no siempre se verifica adecuadamente, lo que ha llevado a la propagación de rumores e incluso a noticias falsas (fake news), lo cual complica aún más la tarea de informar con precisión sobre la violencia en la región.


Chiapas mudó de la violencia social a la narcoviolencia en 2021


Chiapas no pasaba de un escenario de violencia por grupos sociales, campesinos, indígenas en resistencia, guerrilleros e invasiones; sin embargo, ahora ha mutado a una narcoviolencia con la aparición de grupos del crimen organizado en 2021, indicó Isaín Mandujano, periodista con más de 29 años de experiencia.

“Cubrir la narcoviolencia implica un mayor riesgo que la violencia social, ya que con los grupos sociales se podía hablar para poder informar y respetaban la labor; ahora es muy complicado el reporteo en esta situación, porque no se respetan códigos, ni perfiles profesionales”, expresó.

Añadió que actualmente a los periodistas les revisan los celulares, lo que no pasaba con la violencia social; además, están vetados a ir a cierto territorio de Chiapas, no porque se los nieguen, sino que el problema es poder salir de estos lugares y correr el riesgo de sufrir una desaparición forzada, como les está pasando a muchos chiapanecos.

Precisó que actualmente más que autocensura de los reporteros en Chiapas, hay mesura ya que hay cosas que se saben, pero no se pueden publicar o decir, porque puede acarrear riesgos. Por ende, la mesura es una cuestión de supervivencia y de cuidar la vida e integridad.

Señaló que como reportero también se corre el riesgo de que cualquier grupo armado quiera manipularlos para ser vocero o replicador de sus mensajes, y eso pone aún más en riesgo a los que se dedican a informar lo que está pasando actualmente en Chiapas.

“Yo tengo colegas en Frontera Comalapa, Motozintla y Chicomuselo que muchos se fueron de esos municipios o se están dedicando a otras cosas, porque ejercer el periodismo en esa zona es muy peligroso y eso podría traer muchos problemas”, abundó.

Externó que el trabajo de periodistas y reporteros es de alto riesgo y con la narcoviolencia que se avecina en Chiapas es mucho más peligroso, puesto que ni el Estado sabe o puede garantizar la seguridad de los que se dedican a informar a la población lo que está pasando.

Acusó que los mecanismos de protección nunca han servido, lo cual preocupa, pues hoy se tiene a tres periodistas asesinados en Chiapas y uno más que está grave en un hospital por la agresión que recibió.

Puntualizó que ahora se debe ser más cauteloso con lo que se publica y contar con mecanismos de protección como periodistas o reporteros, y saber cómo se habla de la narcoviolencia que se vive en Chiapas.


La violencia actual no se vivió durante el levantamiento zapatistas


“A mí me tocó cubrir el levantamiento zapatista, que fueron 12 días de guerra, pero no como la violencia que estamos viviendo actualmente. Fue una guerra declarada de los zapatistas hacia el gobierno, y no se atacaba a la sociedad civil ni mucho menos a la prensa”, cita Gabriela Coutiño, periodista que reporta para medios internacionales y nacionales, con más de 30 años de experiencia.

Detalló que antes, como periodistas o reporteros, podían llegar a las comunidades, quedarse en ellas y hacer el trabajo de informar. Hoy, no se sabe realmente qué está pasando, porque no hay reglas, ni códigos y mucho menos un respeto a la vida, lo que provoca que sea muy difícil realizar el trabajo.

“Ha cambiado totalmente la manera de hacer el trabajo por la violencia que se vive en Chiapas. Todo se hace por teléfono o por internet, pues llegar a los puntos de la Sierra de Chiapas o a la frontera no es posible, y últimamente solo salí a La Concordia porque llegaría el presidente de México y sabía que habría mucha presencia militar”, expresó.

Añadió que se tiene que seguir trabajando e informando, pero desde las víctimas de manera anónima para cuidar su integridad, porque el conflicto entre los dos grupos presentes y en disputa en Chiapas está dejando muchos desplazados, desaparecidos y familias con mucho dolor.

“El periodismo le tiene que seguir dando voz a los que no la tienen y son las familias que están sufriendo por la violencia extrema que se vive en Chiapas. No debemos estar hablando de que es tal cartel o el otro, pues eso lo saben las autoridades y señalar nos puede costar la vida”, abundó.

Externó que las autoridades están totalmente rebasadas y son indolentes a lo que está pasando, cuando está en sus manos y es su responsabilidad constitucional detener la violencia en Chiapas, pero no lo están haciendo.

Puntualizó que lo que se está viviendo en Chiapas es una barbarie, porque los grupos del crimen organizado atacan a cualquiera y es una situación totalmente grave y es responsabilidad del gobierno detener esta violencia.


Difícil acceder a información como periodista o reportero en Chiapas


Debido a la violencia que se vive en Chiapas, lo más complicado para los periodistas o reporteros es poder acceder a la información, pues muchas de las fuentes, los ciudadanos e incluso las autoridades no quieren ser expuestos, lo que complica la labor de informar, verificar y documentar lo que está pasando, indicó Édgar Hernández, periodista desde 2006.

Explicó que en las redes sociales se ven fotos, videos y testimonios, pero lo complicado es verificar la información; por ende, se tiene que hacer un trabajo más exhaustivo, contrastar los datos y preguntar a varias fuentes para no mal informar a la población.

“Hoy, lo que quieren los medios es una información más inmediata de los hechos, lo cual no se puede hacer tan rápido, pues hay zonas de Chiapas que no tienen cobertura; por tal razón, la información tarda en fluir, contrario a lo que piden y quieren los medios de comunicación”, expresó.

Añadió que actualmente hay mucha mesura y autocensura que como periodistas no se pueden hacer señalamientos de algún tipo, y mucho menos en contra de las personas o grupos, lo cual hace más difícil realizar el trabajo.

Indicó que como periodistas y con la exigencia de los medios, se necesita de las fuentes de información, pero ya no quieren hablar, ni siquiera de manera anónima. Incluso se tiene que realizar una labor titánica para obtener información en la actualidad en Chiapas.

“En lo personal, yo he recibido llamadas de amenazas, me han robado en dos ocasiones en mis oficinas; sin embargo, acá seguimos porque es parte de nuestra labor, y por ende se toman medidas de seguridad de manera personal”, abundó.

Destacó que actualmente es más peligroso realizar periodismo, porque antes se respetaba la labor y ahora cualquiera te hace señalamientos de corrupto, vendido o sensacionalista, lo cual se puede constatar en las redes sociales a la hora que se publica alguna información incómoda para alguien.

Finalmente puntualizó, que la autoridad siempre va a querer minimizar todo, ya sea la violencia, los problemas sociales e incluso la violencia en contra de los periodistas y reporteros, cuya única función es informar a la población, lo cual se ha vuelto casi imposible.

Diario del Sur trató de entrevistar a más periodistas de Chiapas para hablar sobre el tema, pero éstos evitaron dar su opinión por seguridad y protección personal ante el temor del contexto de violencia que se vive actualmente en la entidad, coincidiendo en que cada vez es más es peligroso realizar la labor de informar en ciertas regiones del estado.


Periodistas oaxaqueños se manifestaron en la capital del Estado, para exigir justicia por uno de sus compañeros asesinado/Foto: Carolina Jiménez Mariscal / Cuartoscuro


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LAS CLAVES: MESURA Y AUTOCENSURA


1. Como periodistas no se pueden hacer señalamientos específicos hacia algún cártel, en contra de personas o grupos, lo cual hace más difícil realizar el trabajo.

2. Todo se hace por teléfono o por internet, pues llegar a los puntos de la Sierra de Chiapas o a la frontera es casi imposible.

3. La autoridad siempre va a buscar minimizar todo, ya sea la violencia, los problemas sociales e incluso la violencia en contra de los periodistas y reporteros.

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