La violencia en Motozintla ha cambiado el rostro de nuestros niños: Pobladores

Los padres de familia encuentran más doloroso ver el miedo y la tristeza en sus hijos, quienes no pueden salir ni siquiera a tomar un poco de aire

Diario del Sur

  · sábado 27 de julio de 2024

La ayuda de las autoridades no llegan a la zona de conflicto. Continúa el toque de queda / Foto: Cortesía / pobladores

El panorama en los municipios de la Sierra de Chiapas sigue siendo crítica, pobladores permanecen encerrados ante los constantes enfrentamientos y ante el temor de ser reclutados por los grupos delincuenciales para participar en los bloqueos carreteros que se mantienen activos en diversos tramos de la zona.

Uno de los pobladores de Motozintla, quien por temor pidió la omisión de su nombre, afirmó que no paran las donaciones de armas de grueso calibre a cualquier hora del día, lo que se convierte en un escenario aterrador, sobre todo para los niños.

Dijo que por las noches se escucha el vuelo de drones por la mancha urbana, operados por miembros de los grupos delincuenciales, lo que aumenta el miedo entre las familias, quienes temen sufrir algún daño en su integridad.

"A cualquier hora del día continúan las detonaciones de armas de grueso calibre, por ello, la mayoría de las personas permanecemos encerrados en casa para no sufrir algún daño", abundó.

¡Da clic aquí! Únete al canal del Diario del Sur en WhatsApp para no perderte de la información más importante

Señaló que asimismo, camionetas con personal altamente armadas recorren las calles sin temor alguno, lo que aumenta la zozobra entre los habitantes del municipio, quienes prefieren resguardarse.

Indicó que el toque de queda continúa, el cual inicia desde las 8 de la noche a las 6 de la mañana, aunque durante el tiempo que está permitido salir, las personas prefieren no hacerlo, porque en riesgo de ser víctimas de una bala perdida es latente.

Expresó que lo más doloroso de los padres de familia es ver el rostro de miedo y de tristeza de sus niños, quienes no pueden salir de sus casas a tomar ni siquiera un poquito de aire.

"Lo que más nos duele es ver el rostro de nuestros niños, quienes lloran cuando escuchan los balazos, y solo los llevamos a un lugar seguro dentro de la casa para pedir a Dios que nos proteja", narró.

Lamentó que a pesar de la situación que enfrentan y de los que han difundido los medios de comunicación, el gobierno federal y estatal permanezcan de brazos cruzados y no hagan nada por la gente de la Sierra, a quienes los han dejado solos a la voluntad de Dios.