Ecatepec de Morelos; Coatzacoalcos, Veracruz; Naucalpan de Juárez, Ciudad de México; Villahermosa, Tabasco; Uruapan, Michoacán y Tapachula, Chiapas.
Ante los datos emitidos por el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI) en dónde se coloca a Tapachula dentro de las ciudades más peligrosas a nivel nacional comparado con otros puntos del país como Coatzacoalcos en Veracruz, organismos sociales se promulgaron en contra de esta situación que afecta la imagen y tiene en un caos social a la llamada perla del Soconusco.
Margarita Arenas Ibarias, Secretaria del Consejo de Club Rotario de Latinoamérica, reconoció que esta cifra revelada hace unos días por la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) coloca en el ojo del huracán al municipio por la inseguridad, por lo que se deben reforzar los métodos para la prevención del delito y tener vigente que la violencia no se debe normalizar, al contrario se debe coadyuvar entre las corporaciones policiacas a través de operativos para combatir este problema.
Con base a resultados de la ENSU, se dio a conocer que el 92.4 por ciento de su población de 18 años en adelante, reconocen que la calidad de vida en Tapachula no es la óptima para sus ciudadanos, especialmente mujeres que se manifestaron preocupadas por los altos índices de violencia de género en donde se involucra la violencia psicológica, física, desapariciones y asesinatos.
Asimismo, a partir del mes de junio del presente año, otro de los delitos que se registraron fueron los que se involucran con la corrupción por parte de las autoridades de seguridad pública, en donde el 15.5 por ciento de la población que fue detenida por elementos de las corporaciones policiacas, el 47 .3 por ciento declaró haber sido víctima de estos malos agentes.
En este sentido, Arena Ibarias destacó que como club rotario están en la mejor disposición de trabajar con las autoridades correspondientes en el tema de la prevención de delito a través de platicas en los centros educativos y detectar índices de violencia, ya que la mejor forma de combatir la delincuencia es erradicándola desde el núcleo.
Por último, recalcó que normalizar la violencia sería un desatino tanto de las autoridades y de la sociedad en general, ya que si se continúa dando tolerancia a actos como la corrupción y la violencia, se perderían los valores y la poca paz social que se mantiene, se perdería por completo.