El administrador de la Diócesis de Tapachula, Victorio, expresó que aunque el gobierno ha tratado de negar, la ola de violencia los ha rebasado, dejando a la población en un estado de indefensión y vulnerabilidad.
Dijo que la violencia está desbordada y para muestra un botón, ya que Tapachula fue clasificada como la ciudad con el índice de percepción de inseguridad más alto del país, lo que deja entrever el grave problema que enfrenta la población.
Señaló que la inseguridad es una problemática que el gobierno ya no puede ocultar ni contener en el estado de Chiapas, que ha sido descompuesto por la violencia, fruto de la ambición de algunos, que incapaces de ver a los demás como hermanos los ven como oportunidad para hacer dinero e incrementar sus ganancias, aunque eso signifique hundirlos más en la miseria y el sufrimiento.
"El gobierno estatal y federal, bien gracias, nada ha querido hacer para evitar esta escalada de violencia que saliéndose de control ha alcanzado incluso, aquellos que anunciando el evangelio tratan de luchar por sus hermanos, como el caso del padre Marcelo Pérez", abundó..
Encomendó a Dios a la familia de sangre del padre Marcelo, para que Dios la llene de fortaleza y también a los hermanos de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas y a todas las familias, que a causa de esta violencia desbordada han perdido sus seres queridos.