Luego de operar durante 53 años como Restaurante, ahora la “Quinta Carmelita” se ha convertido en un espacio verde que alberga un vivero en medio de la zona urbana de Tapachula, en donde los habitantes de la región pueden adquirir una gran diversidad de plantas.
El propietario del Vivero “Quinta Carmelita”, Alfonso Ojeda Cañedo, explica a Diario del Sur que dicho espacio, ubicado en la central oriente No. 76 frente a la 36ª. Zona Militar, consta de 5 mil metros cuadrados y en él pueden encontrar plantas de ornato, principalmente, y algunas especies de árboles.
Don Alfonso, de 83 años de edad y originario de Irapuato, Guanajuato, señala que los amantes y aficionados a las plantas podrán encontrar más de 10 variedades de palmeras, de follajes, corona de Cristo, helechos, flor del desierto, cactus, silvina, aralia, cola de zorro, ficus, areka y areka roja, laurel de la india, árboles de limones, mamey, entre otros.
Vivero “Quinta Carmelita” se abrió totalmente al público en el 2018
Ojeda Cañedo platica que su familia llegó a Tapachula en 1946, compraron un terreno y comenzaron a construir en 1947. En 1948 se pasan a vivir a lo que se conoció, con el paso de los años en Tapachula, como la “Quinta Carmelita”.
Recuerda que en 1971 se abrió al público el restaurante la “Quinta Carmelita”, un lugar tradicional y de gratos recuerdos para muchos habitantes de Tapachula y la región Soconusco.
Señala que el restaurante operó durante 53 años y hace seis, en el 2018, tuvo que cerrar por diversos factores. A partir de esta fecha comenzó a funcionar de lleno el Vivero “Quinta Carmelita”, pues durante el tiempo que dio sus servicios como restaurante ya era un jardín al que podían pasar los clientes.
“Desde muy chico comenzaron a gustarme las plantas. En el tiempo del restaurante era un hobby no un negocio, a los 20 años que empezó a funcionar la Quinta Carmelita se abrió el jardín. Los clientes del restaurante, unos pasaban a ver al jardín y otros compraban algunas plantas. Antes, cuando estaba abierto el restaurante, llegaba más la gente”, expresa.
Don Alfonso considera que en Tapachula se acabó la costumbre de sembrar almendros afuera de las casas que daban mucha sombra. También platica que antes en cada casa había uno o dos árboles de limón; ahora ya no, considera que a la gente ya no le da por sembrar árboles de limón.
Enfatiza que lo que se debe tener es amor a las plantas, que son lo más bonito que hay; la siembra debe ser con una profundidad y diámetro aproximado de 50 centímetros y regarlas en tiempo de secas. No se recomienda sembrar los laureles en la ciudad porque crecen mucho y rompen las banquetas.
Ante el llamado calentamiento global y cambio climático, recomendó a la población en general no tirar arboles; por el contrario, dice que se debe sembrar los más que se puedan.
“Si tiran un árbol deben sembrar tres o cinco. Se están acabando los espacios verdes (con la modernidad). Han tirado demasiado árboles y no se ve que los repongan; nos estamos acabando todo, nos estamos acabando solos”, subraya.
Por cierto, comenta que en Tapachula ya casi no hay arboles de huacal, que son los que dieron el nombre de huacaleros a los habitantes de este municipio. “Son muy bonitos y dan una sombra muy preciosa”, resalta.
El propietario del Vivero “Quinta Carmelita” invita a todos los habitantes de Tapachula y la región a que los visiten, ya que tienen diversidad de plantas propias de esta zona a precios accesibles y también palmeras, así como otros árboles que pueden donar.