Constantes apagones, conatos de violencia, consumo de alcohol y hasta allanamiento de morada son lo que han sufrido vecinos del fraccionamiento Universitario ante la apertura de la casa de Dios, que opera supuestamente como albergue y hotel.
El señor Jorge Fernández detalló que son más de 40 migrantes los que viven en esa casa habitación que ahora se ha convertido en negocio y que a su vez han tenido problemas con la energía eléctrica, ya que dicho inmueble en caso de sufrir un incendio no cuenta con salidas de emergencia, cuenta con tres pisos en donde en el último se ven niños jugando quienes podrían salir lastimados.
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Otro punto de vista de Mariana Campos Escobar quien llevaba varios años radicando en dicho fraccionamiento es que ha visto a migrantes en la calle semidesnudos, a los cuales tienen entendido que les cobran 300 dólares y que ellos mismos alegan que las instalaciones son pésimas, por lo que hace un llamado a protección civil municipal de Tapachula y hasta el mismo Instituto Nacional de Migración (INM) para que verifique la situación.
Los lugareños han sido testigos del incremento de taxis de ruta Puerto Madero, vehículos polarizados con placas de estados de norte que son por la noche en donde empiezan a dejar más inquilinos y aparte utilizan las calles para tomar bebidas embriagantes sin que la autoridad haga al respecto, a pesar de que personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha ido varias veces por los apagones, luego regresan al día siguiente vestidos de civil para arreglar las instalaciones de la casa de Dios por lo cuál se han convertido en cómplices.
Finalmente, Yolanda Valdez fue testigo de como los migrantes se metieron a su casa por el techo utilizando para tender su ropa y poner tenis sin pedir permiso alguno.
"No hay paz ahora en el fraccionamiento hemos venido a tratar de dialogar con ellos pero se ponen en una actitud prepotente por lo cual hemos decidido no intervenir directamente ya que nos amenazan de agredirnos físicamente" expresó un vecino.