En 2017, se registró un sismo de 8.2 grados en México localizado en el Golfo de Tehuantepec, 133 km al suroeste de Pijijiapan en el estado de Chiapas, el terremoto se sintió en el sur y en el centro del país. Dos días después, se habían registrado 482 réplicas y 15 días más tarde, ya eran 4,326. El saldo 16 personas sin vida, 14 mil viviendas con pérdida total y 32 mil con daños parciales.
Con ello una vez más se visibilizó la importancia de contar con binomios caninos (un humano y un perro), capacitados para realizar una tarea específica que en este caso es la pronta localización de personas atrapadas en estructuras colapsadas o personas extraviadas.
Diario del Sur entrevistó al experto Ricardo Molina del Cid, conocido en el ámbito del rescatismo como “K9”, quien cuenta con más de 25 años de experiencia como jefe de la unidad de búsqueda y rescate de Chiapas.
De acuerdo con el experto no hay una raza en específico para entrenar para este tema en el caso de sismos y terremotos puede ser desde el más chico hasta el más grande siempre y cuando tenga las cualidades como son: valor, inteligencia, obediencia, empatía, liderazgo, capacidad de análisis.
“El animal puede entrenarse entre seis hasta los siete meses, depende mucho del entrenador, quiero comentarte que desde mi punto de manera personal, las autoridades en Tapachula no le han puesto el interés necesario. Asimismo los perros de búsqueda y de rescate son una herramienta esencial para los rescatistas, paramédicos y hasta los bomberos. Su característica principal que ayuda mucho a estos animales es tener una capacidad olfativa que está desarrollada 40 veces más que la de una persona” puntualizó.
Molina del Cid argumenta que no hay un valor como tal para los perros entrenados, ya que el salvar una vida a una persona no tiene precio. “El valor se lo pone uno, pero estaríamos hablando de más de 300 mil pesos. En un desastre natural como un sismo que pudiera generarse en toda la ciudad podría hablarse de quizás cientos de personas atrapadas entre los escombros de casas y edificios, se necesitaría una fuerza de tarea de más de 200 caninos”, citó.
Dijo que también es esencial tener la conexión entre el entrenador y el perro. “Hay que darles cariño sin golpes, eso es muy importante. Además tener el equipo completo para poder ingresar a un área en donde podría existir los peligro, como cables de alta tensión caídos, colapso de una barda, algunos fierros con punta, todo se debe visualizar antes de, por lo que siempre debe ingresar un rescatista y verificar el terreno para poder saber si se puede ingresar”, recalcó.
Kira, un ángel con patas
Kira es una perra de la raza pastor belga de dos años de edad, de una raza proveniente de Bélgica. Es un ángel de cuatro patas que ya ha rescatado personas en distintas situaciones.
Ella fue trabajada para poder ingresar a localizar a personas atrapadas, en esta ocasión participó en el rescate de una persona que le había caído parte de una estructura en un sismo al interior de una construcción.
Su habilidad y destreza fueron las cartas de recomendación, ingresó sin temor alguno y subió por las escaleras hasta el segundo piso ubicando posibles víctimas, su manejador en este caso un paramédico del Club de Auxilio y Rescate de Chiapas A.C. (CARCH) logró encontrar un muchacho lastimado en el área de los baños para después sacarlo y ponerlo a salvo.
Finalmente Molina del Cid indica que es de suma importancia estar preparados por lo que no sólo se debe tener un canino de búsqueda y rescate, sino contar con varias que estuvieran en Protección Civil, Cruz Roja Mexicana, Bomberos y hasta las mismas corporaciones policiacas.