Los habitantes de la zona han expresado su profunda preocupación por la continua perturbación causada por la cantina ubicada entre la Diagonal de la Octava y el Par Vial de la Novena.
A pesar de los repetidos llamados de las autoridades, la cantina sigue operando a todo volumen, afectando el descanso de los habitantes locales.
“Está cantina sigue a todo volumen todos los días”, lamenta Juana Pérez, uno de los residentes afectados. “Somos gente trabajadora y tenemos que madrugar. Ya el dueño de la cantina nos ha amenazado solo por pedirle que le baje el volumen a su música”, añade otro vecino preocupado.
La situación se agrava aún más con las tácticas de evasión empleadas por el establecimiento. “El tema es que ellos cierran la entrada principal para que digan que no hay nadie, pero adentro siguen gritando y su música está a todo volumen”, comentan los afectados.
Los vecinos han intentado abordar el problema de manera civilizada, recurriendo incluso a las autoridades municipales. “Ya fuimos a las oficinas de alcoholes municipales incluso con la señora, cierran el portón de enfrente para que nadie les diga nada”, explica otro residente frustrado.
La situación es especialmente preocupante debido a la presencia de mujeres migrantes en el establecimiento, lo que ha llevado a incidentes aún más tumultuosos durante la noche. “Luego, pura mujer migrante tienen allí y se arman unos relajos y gritos casi toda la noche”, relata uno de los residentes afectados.
Los vecinos hacen un llamado urgente a las autoridades competentes para que tomen medidas concretas y pongan fin a esta perturbación constante.
“Por favor, ayúdenos. Solo queremos descansar para llegar bien a nuestro trabajo. Ya llevamos un año en esta lucha y nadie hace nada”, concluye uno de los afectados.