MIGUEL ROJAS
Con miedo se encuentran los habitantes del municipio de Cacahoatán, ya que todos los jueves las cantinas y bares se han vuelto zona factible para pleitos y que acudan clientes con armas de fuego, no respetando los acuerdos del gobierno municipal en donde determinaron que cada jueves se aplicaría la ley seca, pero hasta el momento nadie ha puesto orden.
Desde hace ya varias semanas han incrementando los asaltos a transeúntes en pleno centro, los robos en motocicleta y sobre todo la venta de estupefacientes.
Muchos ciudadanos quienes por miedo a represalias comentaron que la Policía Municipal no tienen las herramientas con que trabajar, ya que hasta el momento siguen desarmados, no cuentan con las unidades necesarias para poder realizar los recorridos.
Es por ello que le piden al presidente municipal, Julio Calderón Sen, haga algo al respecto ya que los dueños de dichos establecimientos hacen caso omiso y continua el funcionamiento, pero llega a afectar a la ciudadanía, ya que las discusiones pueden terminar en una tragedia.
Finalmente, se espera que puedan redoblar la seguridad con la ayuda de la Policía Federal de la división Gendarmería, el ejército mexicano y la Armada de México.
