La violencia contra las mujeres sigue dejando una huella devastadora en la región de la costa de Chiapas, particularmente en municipios como Arriaga, Tonalá y Tapachula, que permanecen bajo alerta de género.
La presidenta de la organización por la mujer Elsa Simón Ortega, explicó que el Mecanismo de alerta de género, declarado por la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM), busca garantizar la seguridad de las mujeres, reducir la violencia feminicida y erradicar la desigualdad de género en contextos donde la violencia alcanza niveles alarmantes.
El panorama en Tapachula es crítico. Según colectivos feministas y reportes locales, durante 2024 se han registrado al menos 20 asesinatos de mujeres con violencia, incluidos siete feminicidios confirmados solo en Tapachula.
Las víctimas, tanto locales como migrantes, han sido atacadas con armas de fuego o halladas en condiciones que complican su identificación.
Estas cifras reflejan una crisis persistente en Chiapas, que acumula 20 feminicidios en lo que va del año.
El pasado viernes, el horror volvió a sacudir a Tapachula con el hallazgo de tres cadáveres en el ejido Nueva Granada, cerca del crucero de Pumpuapa. Según informes del Centro de Control, Comando, Comunicaciones, Cómputo y Calidad (C5), las autoridades localizaron un tambo que contenía los cuerpos desmembrados de dos mujeres, así como el cuerpo de un joven de 18 años asesinado a tiros.
De acuerdo con los primeros reportes, el descubrimiento ocurrió alrededor de las 23:20 horas. Elementos de la policía municipal, estatal preventiva, Guardia Nacional y ministeriales acudieron al lugar tras recibir la alerta. Los lugareños señalaron un tambo en cuyo interior estaban las dos mujeres, ambas de entre 30 y 35 años. Ambas habían sido torturadas antes de ser asesinadas.
El tercer cuerpo correspondía a Julio Alberto, un joven de 18 años. Según testimonios, el joven fue asesinado a balazos al percatarse de que los responsables estaban arrojando el tambo con los cuerpos de las mujeres.
La alerta de género vigente en Tapachula y otros municipios de Chiapas no ha logrado frenar la violencia feminicida. Este mecanismo, implementado en México para atender situaciones críticas de violencia contra las mujeres, se activa tras solicitudes de organizaciones civiles o instituciones al identificar altos índices de agresiones o violaciones graves a los derechos de las mujeres.
En la práctica, busca movilizar recursos y estrategias para garantizar su seguridad y erradicar la desigualdad.
Sin embargo, la escalada de casos como el ocurrido en Nueva Granada evidencia la urgencia de fortalecer estas acciones. Las autoridades locales y federales enfrentan el desafío de combatir la impunidad y garantizar justicia para las víctimas, mientras la sociedad exige medidas concretas que pongan fin a esta ola de violencia.
En Tapachula, el miedo y la indignación crecen a la par de las cifras. Los feminicidios y asesinatos recientes son un recordatorio de la vulnerabilidad que enfrentan las mujeres en la región, donde ser mujer representa un riesgo.