Una joven estudiante fue una posible víctima de secuestro en la ciudad de Tapachula, y dio a conocer su testimonio a través de las redes sociales, guardando su identidad real por miedo a represalias.
Según el relato de quien pidió que se refirieran a ella como Adela B, manifestó que era una estudiante universitaria. Salió alrededor de las 9 de la noche del pasado miércoles y caminaba sola. De repente, notó que una camioneta negra con vidrios polarizados y sin placas de circulación la venía siguiendo desde hacía un rato. Ella aceleró el paso e intentó pedir ayuda, pero el automovilista detuvo su marcha y se dirigió directamente hacia ella, agarrando su mochila. Luego, la jaloneó en un intento de meterla a su vehículo, pero ella logró empujarlo y escapar.
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Los minutos pasaban, y la víctima miró a su alrededor, pero en ese momento no había transeúntes ni vecinos cerca que pudieran llamar al número de emergencias 911.
La joven notó a lo lejos a un vendedor de chicles de nacionalidad guatemalteca. Ella le explicó lo sucedido, y aunque estaba nerviosa y desesperada, al ser el único testigo que quedaba inmóvil tras la historia, además de saber que el individuo la seguía buscando, lo único que se le ocurrió fue pedirle que la observara. Luego, correría con todas sus fuerzas a su casa, y el vendedor de chicles la resguardaría hasta que lograra su objetivo.
Entre lágrimas y un fuerte abrazo, Adela fue recibida por su tío, quien le dio tranquilidad y salió del domicilio para ver si aún la seguían, pero el secuestrador ya se había dado a la fuga. "No quise denunciar por miedo a que la misma autoridad esté involucrada. Lo que sí hice fue contar la verdad a través de las redes sociales con el objetivo de que ninguna mujer sea víctima de secuestro. Deben tomar las medidas de seguridad necesarias y, sobre todo, si salen de noche, buscar la manera de estar acompañadas por alguien más", puntualizó.
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