La violencia de género continúa su escalada alarmante en Chiapas, con dos nuevos feminicidios registrados en los últimos días. Ayer domingo, en la ciudad de Tapachula, fue asesinada Gabriela Betsabé, de 37 años, mientras que la profesora Rosa Magdalena perdió la vida el pasado viernes en Frontera Comalapa. Con estos trágicos incidentes, el número de feminicidios en la entidad se eleva a 20 en lo que va del año, siendo este el tercer caso registrado en el mes de agosto.
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La Comisión a una Vida Libre de Violencia de las Mujeres, perteneciente a la colectiva 50 más 1, ha expresado su profundo rechazo y dolor ante la violencia extrema que sigue afectando a los municipios de Tapachula, Frontera Comalapa, y otras localidades de Chiapas. Las mujeres y los niños, señalan, se encuentran en una posición de extrema vulnerabilidad, especialmente en las zonas donde la confrontación entre organizaciones criminales es intensa. La violencia generada por la delincuencia organizada es vista como una seria amenaza tanto para la convivencia social como para el Estado de Derecho en la región.
Según reportes de la prensa local en Tapachula, Gabriela Betsabé fue atacada a tiros en plena vía pública, en la avenida Benito Juárez, entre las calles Porfirio Díaz y La Ceiba. Este crimen resuena como un eco más de la creciente inseguridad que enfrenta la ciudad.
En el caso de la profesora Rosa Magdalena, su asesinato ha dejado a la comunidad de Frontera Comalapa en estado de shock. Desaparecida desde el jueves 15 de agosto, su cuerpo fue hallado al día siguiente. Testigos indican que Rosa Magdalena habría sido asesinada tras presenciar accidentalmente el secuestro de una persona. Su muerte subraya la peligrosidad de la situación que enfrentan los habitantes de esta región, donde los enfrentamientos entre grupos criminales han hecho de la violencia una constante.
Ante esta situación, la colectiva 50 más 1 hace un llamado urgente al gobierno federal y estatal para que implementen programas de prevención específicos, diseñados para proteger a las comunidades más vulnerables de Chiapas. La concentración de feminicidios y desapariciones en ciertos municipios indica la necesidad de una intervención estratégica y focalizada.
"No más violencia hacia las mujeres. Alto a los feminicidios", es el grito que resuena desde la colectiva, que exige acciones concretas para detener esta ola de crímenes que sigue enlutando a las familias chiapanecas.
La situación en Chiapas refleja un panorama desolador donde la inseguridad y la violencia de género avanzan sin freno, mientras las víctimas y sus familias claman por justicia y protección.
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