El paso del huracán Beryl en la península de Yucatán dejó un saldo blanco en las personas, pero arrojó daños colaterales como la muerte masiva de abejas en la comunidad de Ich-Ek, Campeche. Apicultores de la región advirtieron que no fue propiamente el ciclón el que impactó en las colmenas, sino el uso de plaguicidas en la agricultura.
El Colectivo de Comunidades Mayas de los Chenes denunció que antes de que Beryl tocara tierra en la península, familias de apicultores acudieron a sus apiarios para prevenir riesgos de inundaciones y la caída de árboles, que pudiesen representar un riesgo para sus abejas.
No obstante, identificaron que un total de 248 colmenas de once apiarios ya habían sido afectadas por el uso de plaguicidas en la agricultura de la región. Las estimaciones del colectivo apuntan que la muerte masiva de abejas se traduce en 40 años de patrimonio y trabajo perdido de las familias dedicadas a la apicultura.
Everardo Chable, uno de los apicultores afectados, dijo a El Sol de México que el incidente ocurrió entre el 22 y 24 de junio, una semana antes de la llegada de Beryl a las costas de Quintana Roo.
“A raíz de que se han prolongado las lluvias de las tormentas tropicales que se acercaban y después los huracanes, el huracán Beryl (...) los apicultores fueron a visitar sus apiarios”, para prevenir afectaciones pero “encontraron la mortandad de abejas”, dijo.
El apicultor estimó que en 248 colmenas, debe considerarse que cada colmena se conforma como mínimo con 60 mil abejas. “Entonces si hacemos ese cálculo, mínimo estamos hablando de 14 millones 880 mil abejas que murieron por el uso de estos plaguicidas altamente peligrosos”, explicó.
“Muchas veces la apicultura se ha ido heredando del papá al hijo, o del abuelo al nieto, entonces cuando uno pierde una colmena, pues ellos ya las tenían desde que eran jóvenes. Por eso se habla de 40 años perdidos”.
“La apicultura es un patrimonio ancestral que nos han dejado nuestro abuelos, nuestros antepasados mayas que hace muchos años trabajaban las abejas”, destacó.
Denunció que desde las autoridades gubernamentales no ha existido una respuesta clara para las personas dedicadas a la apicultura, y sobre todo para atender las afectaciones a las abejas y el medio ambiente.
El colectivo precisó que cerca de entre dos y tres kilómetros, identificaron un polígono de siembra de chile habanero, en donde pudieron haberse aplicado los plaguicidas que son letales para las abejas.
No es la primera vez que ocurre una intoxicación de esta dimensión. Este diario documentó en mayo pasado los impactos de dos casos similares en las comunidades de Suc Tuc y Oxa, en el mismo municipio de Hopelchén, Campeche; así como otro caso de intoxicación en Tizimín, Yucatán.
Los impactos han sido documentados por centros de investigación como el Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), y sin embargo, ha predominado la inacción de las autoridades.
“Hasta ahorita ya se tienen hechas dos denuncias ciudadanas, una ante la Senasica (Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria) y otra ante la Semarnat (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales). Esperamos que haya una pronta respuesta hacia los apicultores”, confió Chable.
De acuerdo con datos de los informes de Ecosur, una muerte masiva de abejas ocurrió en marzo de 2023 y otra, en enero de 2024, ambas en Campeche. La de Yucatán ocurrió en marzo pasado.
El impacto de las intoxicaciones se traduce en pérdidas económicas y años de trabajo rural perdido, debido a la caída en la producción de artículos derivados de la apicultura, como la miel; y la reducción en la polinización de otros cultivos.
Sólo en los casos de Campeche, de marzo de 2023 y enero de 2024, suman 46 años de empleo rural perdido y al menos 15.3 millones de pesos en pérdidas económicas.
Las Comunidades Mayas de los Chenes recordaron que el Instituto Nacional de Equilibrio Ecológico y Cambio Climático (INEEC) realizó un estudio el año pasado, en el que se identificaron cuatro plaguicidas de toxicidad moderada para las abejas; y otros cuatro agrotóxicos letales, entre ellos, el fipronil.
“La vinculación de la muerte masiva de las abejas con fumigaciones agrícolas de todo tipo en la región maya de los Chenes se suma a la larga lista documentada por apicultores en años anteriores y en este 2024”, acusó el colectivo en un comunicado con la organización medioambiental Greenpeace.
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“La evidente desvinculación interinstitucional es un claro ejemplo del desinterés que las administraciones gubernamentales actuales y pasadas tienen sobre estas situaciones cada vez más recurrentes (...) Exigimos una respuesta urgente a la situación que actualmente sufrimos como apicultores por falta de protección de la actividad (...) no solo en la región de los Chenes, sino en toda la península de Yucatán”, denunciaron.