La destrucción que dejó Otis en Acapulco no solo ocurrió en la zona del puerto, como lo es la costera y zona diamante; la realidad es que desde antes de cruzar la caseta se empiezan a observar los daños, a las orillas de la autopista se ve restos de árboles y flora destrozada por la intensidad de vientos que que trajo consigo el huracán que pegó como categoría 5 en la zona.
Al llegar a la caseta de La Venta la autopista se convierte en un gran estacionamiento, pues los autos se encuentra totalmente detenidos, y toma alrededor de cinco horas cruzar alrededor de 2 kilómetros.
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Pese a que en el sitio se encuentran elementos de la Guardia Nacional tratando de movilizar la circulación, la desesperación de la gente que quiere pasar se cruza y no permite el paso lo que ocasiona caos vial.
LA PRENSA pudo observar durante este tiempo que entre el poco espacio que dejaban los vehículos, se atravesaba la gente con paquetes de papel bañó, agua, latas de chiles, cervezas entre otras cosas que sacaqueaban del super mercado y la Central de Abastos, de la cuál tiraron cortinas y muros para robar alimentos.
El caos vino cuando los dueños de galleteras y refrescos abrieron sus puertas para donar sus productos, pero un alborotador comenzó a gritar y alentar a la gente a llevarse paquetes de más y lo que se estaba haciendo de manera ordenada se descontroló, para dar paso a la guerra por los productos, incluso mucho del alimento quedó inservible al ser tirado al piso en el arrebato.
Esto impedía que los cuerpos de emergencia y víveres no llegarán a ciertas zonas pues aún con las sirenas encendidas load habitantes de las colonias cercanas hacían caso omiso.
El recorrido que este diario ha realizado muestra que en las comunidades aledañas al centro de Acapulco aún gobierna el caos y la anarquía, sin que haya una verdadera autoridad que controle la situación.
Guerrerenses relatan la pesadilla de Otis
Muchas son las familias que al contar cómo vivieron en carne propia el huracán, lloran y se les quiebra la voz, pues perdieron sus patrimonios, lugares de trabajo y el municipio donde nacieron y crecieron.
"Fue verdaderamente espantoso; era como el fin del mundo. La lluvia no paraba de caer y tronaba muy fuerte el cielo, el viento destrozaba todo; puertas, ventanas, carros casas hoteles. Fue algo verdaderamente increíble. Algo como nunca visto. Sentí que me moría con toda mi familia. Es algo tan fuerte que nunca imaginé que iba a seguir viviendo. El tiempo que duró el huracán se convirtió en una eternidad. Fue el fin del mundo para los de la costa de Guerrero"
Juan Moreno padre de familia.
Veronica Medina de 50 años de la edad quien vive en la zona conocida como El Renacimiento, relató que cerca de las 22:00 horas la lluvia comenzó a escucharse al golpear con grandes gotas el piso y las ventanas, pero paro en cuestión de minutos.
"De pronto, el viento empezó a llorar se escuchaba muy fuerte como soplaba y la lluvia regresó con toda su intensidad, por eso rápido metí a la casa a mi periquito y al perrito que temblaba y caminaba detrás de mi como buscando refugiarse, en cuestión de segundos escuché como las láminas de los techos de las casas comenzaron a desprenderse, a caer y a chocar contra las paredes y vidrios".
" El agua comenzó a subir rápidamente y ya no podíamos ver la calle, afortunadamente yo estoy un poco alto por eso no se me metió el agua, pero con el apagon y el cielo oscuro no podía ver nada, entonces corrí a dónde estaba mi biblia y me encomendé a Dios pidiéndole que no me abandonará a mi y a mi familia, así estuve por un buen rato una y otra vez hasta que se detuvó la tormenta" continuó relatando.
Y al salir de la casa yo no podía creer lo que mis ojos veían, avenidas completamente bajo el agua, escombros, basura y grandes árboles derribados que chocaron contra las casas
Ella quien es madre de tres hijos se encontraba preocupada por su familia pues quedó incomunicada y hasta esas horas de la madrugada no se imaginaba la magnitud de destrucción que había causado el huracán.
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Además hace énfasis en que por favor no se olviden de la gente que conforma Acapulco pues no solo es la Costera y la Zona Diamante.
Nosotros el pueblo necesitamos ayuda, los turistas se van o los rescatan pero quién ve por nosotros nadie se acuerda de que las personas que trabajamos en la zona turística somos de lugares alejados a las playas, nuestras familias están sin nada
Publicada originalmente en La Prensa